Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, instituido por la ONU y celebrado cada 11 de febrero, recordamos la figura de la Dra. Gloria D’Adamo, fallecida el pasado mes de noviembre. Italo-argentina, nacida en Buenos Aires en 1955, a los 24 años se graduó como «Computador Científico» en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Madre de dos hijos y casada, a lo largo de sus casi cincuenta años de trayectoria académica –veintidós de ellos en Argentina y veinticinco en Italia– desempeñó diversos roles en el campo de las TIC, profundizando su formación en el Politécnico de Milán y en el Área Science Park de Trieste.
Desde 2005 hasta 2014 se dedicó a la realización de proyectos de investigación aplicada, interesándose también en oportunidades de financiamiento en el marco de los programas de la Unión Europea y de los sistemas regionales italianos. A su regreso a la Argentina, en 2014, continuó trabajando en transferencia tecnológica y, desde 2016 hasta su fallecimiento, ocupó el cargo de directora del área de investigación en la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF).
Siempre se comprometió con el desarrollo de colaboraciones técnico-científicas y culturales entre Italia y Argentina, con un enfoque particular en la región de la Patagonia. Un ejemplo de ello fue la organización –con cofinanciamiento del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional de Italia– de los primeros cursos de lengua italiana en la «ciudad del fin del mundo». Así, cuando en 2021 representó a la UNTDF en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, expresó – precisamente desde su observatorio «privilegiado» como delegada de investigación– su preocupación por la falta de oportunidades para las mujeres en el mundo de la ciencia y la tecnología, así como por la ausencia de una verdadera igualdad, especialmente en los cargos de responsabilidad.
Una de sus principales convicciones era que toda actividad, no solo técnica o científica, debía realizarse sembrando y cultivando pasión en las nuevas generaciones de mujeres y niñas, «porque sin pasión, dedicación, responsabilidad y mujeres, no hay futuro».